Curioso hallazgo en Mburucuyá: registran al primer oso melero albino de Argentina

Un ejemplar de oso melero fotografiado por un vecino de Mburucuyá, terminó siendo el primer registro de esta especie con «albinismo» reportada para Argentina y el cuarto caso en Sudamérica, según una publicación de investigadores.

Una mañana de mediados de noviembre del año pasado, un vecino de la localidad de Mburucuyá, mientras paseaba por las orillas de un lago periurbano circular poco profundo, observó y grabó con un celular a un mamífero mediano.

Ante las dudas respecto a qué especie se trataba, consultó a un trabajador del Parque Nacional Mburucuyá, quien trasladó el planteo a la doctora Verónica L Romero, quien hace 17 años trabaja con mamíferos de ese parque nacional y zonas de influencia.

Romero identificó a la especie como Tamandua tetradactyla, comúnmente conocido como Tamanduá u Oso Melero, pero con pigmentaciones débiles, por lo que, junto a sus pares del Grupo de Geografía Física, del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL) y el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales  (IANIGLA), iniciaron una instancia de trabajo para determinar con mayor precisión de qué tipo de anomalía cromática se trataba.

En ese sentido, se confirmó la anomalía cromática cuya descripción del hallazgo fue publicada en la revista “Mammalogy Notes”, con autoría de Verónica L Romero y Félix Ignacio Contreras, ambos del Grupo de Geografía Física del CECOAL y de FaCENA-UNNE; Daniel Barasoain, especialista en Xenarthros e investigador del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA, CONICET-UNCUYO); y la colaboración de Carlos Gómez, jefe del Departamento de Conservación del Parque Nacional Mburucuyá.

En diálogo con UNNE Medios, Romero señaló que esta colaboración enriquece el conocimiento sobre la variación cromática dentro del grupo de los osos meleros, siendo muy poco frecuente el número de casos reportados.

En especial destacó la importancia de la participación ciudadana en el monitoreo de la biodiversidad, pues el hallazgo fue posible gracias al interés de un ciudadano que observó un ejemplar de una especie que no conocía y la reportó sin saber que, en realidad, se trataba de una especie conocida, pero con una anomalía poco común.