El pasado 21 de enero Dianne Gordon, una mujer de 65 años, estaba recorriendo a pie los cinco kilómetros que separan su hogar en White Lake (Michigan) hasta su lugar de trabajo en otra localidad cuando cerca de una gasolinera encontró una bolsa que iba a cambiar su suerte. Pero no de la manera en que, quizá, lo habría hecho para muchos.
La bolsa en cuestión contenía 15.000 dólares en efectivo, un dinero que le habría venido muy bien, ya que si cada día tardaba una hora en ir hasta el trabajo y otra más en volver no era por gusto, sino porque un año atrás se le había averiado el auto y debido a su situación económica no podía permitirse uno nuevo.